Sólo un 2,4% de las pymes y un 2,1% de los autónomos han intentado acceder a los fondos Next Generation

Sólo un 2,4% de las pymes y un 2,1% de los autónomos han intentado acceder a los fondos Next Generation

El Gobierno acelera la petición de préstamos europeos cuando aún faltan 23.900 millones por ejecutar

La lenta ejecución de los fondos Next Generation no sólo se debe al cuello de botella administrativo, las trabas burocráticas y la falta de personal en el sector público sino que también hay un problema de pasividad por parte de nuestro tejido empresarial. Desde que en 2021 se lanzaron las primeras convocatorias, sólo un 2,4% de las pymes con empleados y únicamente un 2,1% de los autónomos sin trabajadores han intentado acceder a ellos.

Así se desprende del primer Informe Hiscox de pymes y autónomos en España elaborado por KPMG a partir de encuestas y presentado este martes, que recoge que aunque «la UE ha puesto en bandeja una financiación destinada al crecimiento de las pequeñas y medianas empresas que pretende potenciar todas las palancas (…) Las encuestas indican que solo el 2,4% de las empresas ha solicitado fondos Next Generation y un 10,3% los piensa solicitar».

El informe entiende por pyme cualquier compañía de menos de 250 trabajadores con una facturación inferior a los 50 millones de euros y un balance general por debajo de los 43 millones. «En España, dicha tipología de empresas supone el 99,8% del tejido empresarial, frente al 98% de Reino Unido y el 97% de Alemania, y aporta el 65% del Producto Interior Bruto», señalan.

Según la Estadística de Empresas inscritas a la Seguridad Social, del Ministerio de Trabajo, España cuenta con 1,3 millones de compañías que cuentan con entre 1 y 249 trabajadores. Si sólo un 2,4% de ellas ha pedido los fondos, entonces esto supone que apenas 35.000 compañías habrán cumplimentado alguna solicitud. Hay además 1,61 millones de compañías que no tienen ningún asalariado, de los que unas 34.000, según la encuesta, también habrían intentado acceder a las convocatorias y licitaciones financiadas por Europa.

Las compañías con mayores niveles de facturación y más antigüedad son aquellas en las que más abundan las solicitudes: un 12,8% de las que ingresan más de 5 millones anuales los han pedido, mientras que un 8,6% de las que llevan en funcionamiento más de 3 años han intentado recurrir a ellos.

La digitalización de los procesos productivos es el objetivo principal de seis de cada diez de las que los han pedido o piensan hacerlo, así como la mejora de la eficiencia y la sostenibilidad -objetivo de un 38% y 33%, respectivamente-.

«España cuenta con una oportunidad de oro para convertirse en un hub de servicios digitales. Las ayudas europeas de los fondos NextGen pueden proporcionar el empuje necesario para impulsar esa competitividad, con transformaciones que pasan por modernizar arquitecturas y la conectividad mediante redes dinámicas que garanticen la eficiencia de nuevos modelos de trabajo y la colaboración basados en la tecnología», apuntan.

La posibilidad de recurrir a estas transferencias está más presente en las pymes (un 16,9% piensa en hacerlo en los próximos meses) que en los autónomos sin empleados (sólo un 5,2% lo baraja), lo que «demuestra que los autónomos utilizan menos las ayudas de financiación ofrecidas por los órganos gubernamentales», recoge el informe.

La incidencia de los préstamos avalados por el ICO durante la pandemia fue muy superior a la de los fondos europeos, ya que un 32,3% de las pymes accedieron a ellos y un 10% de los autónomos también.

El informe de KPMG para Hiscox pone de relieve que «lo que diferencia al tejido empresarial español es la alta concentración de pymes en los tamaños más pequeños del espectro, conformando una distribución más similar a la de países como Portugal, Grecia e Italia, que a la de países como Alemania, Francia o Austria (…) El problema con la distribución empresarial prevalente en España es que, en tiempos de crisis, las micropymes son las que más sufren, debido a su dificultad a la hora de financiarse y a que, en España, están sobre todo focalizadas en un sector tan cíclico como el de los servicios».

El incremento de los costes de financiación por la subida de los tipos de interés es la preocupación principal para el 61% de las pymes, así como la caída de la actividad (el principal riesgo para el 39,4%) y los problemas de continuidad de negocio (33,8%).

La inflación resulta preocupante para el 50,5% de los encuestados, «sobre todo, preocupa en el sector industrial y, en concreto, en empresas jóvenes, con menos poder de negociación. La segunda mayor preocupación es la inestabilidad geopolítica, que preocupa sobre todo al mismo tipo de empresas, por su efecto sobre la inflación».

Estos problemas provocan que «la actividad de las pymes es cada vez menos rentable, y la solución pasa por aumentar su tamaño para poder alcanzar mejores estructuras de costes, mayor productividad y competitividad», señalan.