El primer ministro esloveno, tras su viaje a Kiev: «Era nuestro deber ir: los ucranianos se sienten solos»

El primer ministro esloveno, tras su viaje a Kiev: «Era nuestro deber ir: los ucranianos se sienten solos»

Directo Guerra Ucrania – Rusia, noticias de última hora en directo Perfil Janez Jansa, el próximo Orban que sacude la UE

«Cuando invadieron Eslovenia, nadie vino a visitarnos. Nos sentimos solos, lejos de Europa. Llegó el ministro de Asuntos Exteriores alemán y fue el mejor día de la guerra. Se lo dije a mis compañeros del Consejo Europeo. Era tarde por la noche y nos dijimos a nosotros mismos: los ucranianos no deberían sentirse solos. El viaje estuvo bien y rápidamente organizado por nuestros amigos polacos. Otros líderes europeos querían venir, pero en casa tenían obstáculos, en algunos países habrá una votación en breve. Nuestra visita fue la primera, pero no será la última».

Jersey, forro polar azul claro y, debajo, una camiseta de cuello redondo: el primer ministro esloveno Janez Jansa, de 63 años, también se presenta con ropa «operativa», a lo Zelenski, en un encuentro con periodistas europeos. En el cargo desde 2020 para su tercer mandato (el primero fue en 2004), habla junto a sus homólogos de Polonia y República Checa, Mateusz Morawiecki y Petr Fiala. Los tres acaban de regresar de su primera visita de Estado a Ucrania desde la invasión. Los tres anunciaron el viaje poco antes de partir y se dirigieron a Kiev en tren, a tiempo para respetar el inicio del toque de queda de 36 horas. El avión era demasiado arriesgado.

«Sí, pero mira, dentro de Ucrania se puede viajar. Hay trenes, autobuses, y la parte no invadida del país se prepara con valentía», dice. «La situación es grave pero Kiev no ha caído. No hay posibilidad, si miras los mapas, de que los soldados y carros rusos puedan tomar la ciudad. Bombardean a los civiles, intentan desesperarlos, quebrantar su voluntad de lucha, pero la resistencia es muy clara. Kiev nunca caerá: quien vaya allí ve claramente que Ucrania no perderá».

Un viaje arriesgado.Para los periodistas, para los civiles, es arriesgado. Los periodistas de todo el mundo que están allí hacen un gran trabajo y arriesgan mucho. Para nosotros, las autoridades, hay máxima seguridad. Hay temas que no se pueden tratar por teléfono. Los ucranianos se sienten solos.¿Tienen razón?Incluso antes de que se disparara el primer tiro, la mayoría del cuerpo diplomático abandonó Kiev: nadie creía que Ucrania pudiera resistir. De la UE creo que ahora sólo queda allí el embajador de Polonia. Hemos pedido, con éxito, que regrese el embajador de la UE.Usted fue Ministro de Defensa en una Eslovenia devastada por la guerra. ¿Cómo ve el conflicto desde ese punto de vista?El Ejército Yugoslavo, tenía la misma ideología y la misma corrupción que el ruso. También trataban igual a los soldados. En Ucrania los soladados rusos también son víctimas: reclutas obligados a vestir el uniforme a los 18 años. En Kiev discutimos otorgar el estatus de refugiados a los desertores rusos. En Eslovenia, nuestro pueblo convenció a muchos de los soldados enemigos para que depusieran las armas: pudimos explicarles que estaban invadiendo un país hermano, no luchando contra la OTAN. Pero con los rusos no es posible: hay chechenos y mercenarios. Esto también es un signo de debilidad: 140 millones de habitantes y Putin paga a los sirios para ir a hacer la guerra.¿Se dice que las negociaciones parecen estar avanzando?Por el momento, estas conversaciones son pura táctica: principalmente un intento ruso de dar al público imágenes tranquilizadoras. Pero Rusia no está lista para las negociaciones. No ha logrado ninguno de sus objetivos estratégicos: si ponemos sobre el papel lo que ha ganado y lo que ha perdido, ha perdido diez veces más de lo que está ganando. No creo que su gente lo sepa, la censura es efectiva. Pero lo sabrán.¿Qué haría posible unas verdaderas conversaciones de paz?Un alto el fuego, que sólo puede lograrse con un mayor apoyo de Europa. El problema también es que en las últimas décadas los ejércitos europeos se han desmantelado bastante, no se han leído las señales de alarma en Georgia y Crimea. No sólo deben sentarse a la mesa Rusia y Ucrania, sino también, como garantes, EEUU, la UE y China. Los ucranianos no estarán satisfechos con acuerdos trampa como el Memorándum de 1994. Una vez que se llegue a eso, les corresponderá a ellos, y sólo a ellos, dictar las condiciones sobre cuestiones territoriales, qué hacer con Crimea, qué autonomía a conceder al Donbas. Habrá que apoyarlos.Zelenski dice que Ucrania no se unirá a la OTAN .Está dispuesto a abandonar su entrada en la OTAN si la entrada en la UE pasa de promesa a garantía. La renuncia a la OTAN quitaría a Putin la única justificación de esta guerra. Por eso los europeos tenemos que apoyarlo, y la patata caliente está sobre nuestra mesa. No es una cuestión de pliegos y de teorías de Bruselas: la entrada de Ucrania en la UE es el punto sobre el que pueden despegar los planes de paz.¿Su viaje a Kiev fue un «ejemplo» para la UE?Cuando comenzaron las guerras en los Balcanes hace 31 años, la UE y Occidente tardaron tres años y medio en llegar a acuerdos. Aquí les llevó 10 días. Que Europa hubiera destinado 500 millones de euros para armar a los ucranianos era, hace un mes, ciencia ficción. El 24 de febrero el mundo cambió. Pienso en los 141 votos recibidos en la ONU para la moción de condena a Rusia, miembro permanente del Consejo de Seguridad. Una verdadera derrota para Putin. Es una situación nueva. Nos da esperanza volver a discutir los acuerdos en el flanco oriental de la UE. Y si lo hacemos, si conseguimos hacerlo, será sólo gracias a la valentía de los ucranianos, por los que nadie daba un duro.¿Cómo recibieron los líderes de la UE su viaje?Sé que ellos también irán pronto a Kiev.¿Qué le impresionó más en Kiev?La unidad de los líderes políticos. Si hubiera siquiera uno disponible para construir una Ucrania del tamaño de Putin nuestra ayuda sería ineficaz. A pesar del sufrimiento, de que les faltan muchas cosas, de la desesperada necesidad de armas, su moral es sólida. Ayer le dije a Zelenski: sabes, no creo que necesites nunca a la OTAN. Será la OTAN la que os necesite a vosotros.