Trump vuelve a Washington año y medio después de dejar la Casa Blanca: «Nuestro país ha sido puesto de rodillas»

Trump vuelve a Washington año y medio después de dejar la Casa Blanca: «Nuestro país ha sido puesto de rodillas»

Estados Unidos ¿Puede Donald Trump ser imputado?

Donald Trump ha vuelto a Washington. El ex presidente de Estados Unidos regresó este martes a la capital estadounidense, de la que salió el 20 de enero de 2021 solo, sin nadie más que su familia, y repudiado por todo el arco político del país después del asalto de sus seguidores al Congreso para tratar de impedir la ratificación de la victoria electoral de Joe Biden en las elecciones de noviembre de 2020.

El regreso de Trump, sin embargo, no fue triunfal. El ex presidente, que está preparando su tercera candidatura a la presidencia, no llevó a cabo uno de los actos multitudinarios que acostumbra a celebrar. En vez de eso, lanzó un discurso de índole política, en un escenario discreto, el think tank America First Policy Institute (Instituto de Política EEUU Primero, o AFPI), que es una de las instituciones más importantes de la creciente red de centros de estudios y lobbies destinadas a reforzar el mensaje nacionalista de Trump en la capital estadounidense.

«Nuestro país ha sido puesto de rodillas, literalmente de rodillas. ¿Quién lo habría pensado? (…) Nunca hemos tenido nada parecido a lo que está pasando ahora», señaló ante el ‘think tank’ conservador America First Policy Institute.

La alocución, que no había terminado al cierre de esta edición, se centró en el aumento de la delincuencia y en la defensa de la actuación de la policía en Estados Unidos. Es un tema alejado de los elementos más controvertidos del trumpismo, pero que tiene una resonancia especial entre el electorado, en el que crece la preocupación ante la subida de los robos, atracos y asesinatos, a veces en pleno centro de las ciudades. Y, como todo en la sociedad estadounidense de hoy, tiene también un componente de política de identidad, ya que afecta, aunque sea indirectamente, a las relaciones raciales, la política hacia las minorías, y las prioridades de los poderes públicos.

«Solo hace dos años teníamos una economía floreciente como nunca se había visto antes, la frontera más fuerte y segura en la historia de Estados Unidos, independencia energética y precios de la gasolina históricamente bajos».

Para Trump, «las ciudades dirigidas por demócratas están disparando los registros de criminalidad». «Nuestro país está sufriendo una humillación histórica tras otra en el escenario mundial. Y luego en casa, nuestros derechos y libertades más básicos están totalmente bajo asedio. El sueño americano se está haciendo trizas», informa Efe.

Pero, aunque tuviera un perfil relativamente bajo, la segunda venida de Trump a la capital estadounidense era, también, un signo de victoria. Cuando se fue el 20 de enero de 2021, el líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, era uno de los líderes del propio partido de Trump que habían declarado que el entonces presidente era el responsable del asalto al Capitolio. Hoy, McCarthy ha intentado boicotear el Comité de la Cámara de Representantes que investiga aquel suceso, y ha pedido, en repetidas ocasiones, a Donald Trump que respalde su reelección este año.

La humillación de McCarthy obedece a una razón muy simple: sin el apoyo de Trump, un republicano lo tiene difícil para ganar las primarias. En una apabullante exhibición de poder, el ex presidente va camino de conseguir que los diez representantes de ese partido que votaron a favor de su impeachment por el asalto al Congreso pierdan las primarias y queden borrados de la faz de la política estadounidense.

A día de hoy, Trump no tiene rival en la carrera hacia la nominación republicana. El mejor ejemplo es el de uno de los precandidatos de ese partido para 2024, el ex vicepresidente con Trump, Mike Pence, que dio ayer un discurso en Washington con la clara intención de presentarse como una alternativa en la carrera presidencial. En el turno de preguntas, Pence admitió que no tiene ninguna divergencia política con Trump.

Es una declaración admirable, dado que los 2.000 trumpistas que asaltaron el Capitolio iban coreando «¡Vamos a ahorcar a Pence!», por la negativa de éste a violar la ley y torpedear la ratificación de la victoria de Biden. Incluso el muy popular gobernador de Florida, Ron DeSantis, está, por ahora, en un distante segundo puesto en las preferencias de los votantes republicanos. Así que Trump regresó este martes a Washington en lo que puede ser el preludio de otros cuatro años a partir del 20 de enero de 2025.