Limitar precios, sacar del mercado o subvencionar: las alternativas de Ribera para intervenir las centrales eléctricas de gas

Limitar precios, sacar del mercado o subvencionar: las alternativas de Ribera para intervenir las centrales eléctricas de gas

El Ministerio de Transición Ecológica que dirige Teresa Ribera lleva semanas dándole vueltas a las alternativas que tiene sobre la mesa para intervenir el precio de generación eléctrica de las centrales térmicas de gas natural como respuesta al fuerte encarecimiento experimentado por esta energía tras la guerra entre Rusia y Ucrania.

La decisión es de una enorme complejidad ya que supone romper las reglas de un mercado consolidado, motivo por el cual el Gobierno busca que la solución se tome a nivel europeo o, al menos, cuente con el visto bueno previo de Bruselas. La última vez que el Ejecutivo español actuó sobre el mercado, el pasado mes de septiembre, recibió un fuerte correctivo por parte de la propia Comisión Europea y de los inversores que le llevó a rectificar su regulación apenas un mes después.

Sin embargo, los tiempos energéticos han cambiado y los ministros europeos que hace apenas seis meses ignoraban a Ribera se ven hoy apremiados por el desbordante precio que ha alcanzado la energía y su impacto en la inflación. Las tesis de la vicepresidenta de Transición Ecológica comienzan a hacer mella y han llevado a que los países europeos ultimen medidas para atenazar el alto coste del gas y, sobre todo, limitar el precio que este tiene sobre la electricidad al ser una de sus principales fuentes de generación.

Las alternativas que tienen los Gobiernos sobre la mesa pasan por excluir directamente del mercado a las centrales térmicas de gas (ciclos combinados) pagando su generación de forma aislada en función de sus costes o limitar el precio máximo al que éstas pueden ofertar en el mercado. Esta última opción podría llevarse a cabo estableciendo un precio de forma directa o primando su producción con un régimen de ayudas que les permita reducir el coste de gas.

El objetivo es evitar el impacto del actual sistema marginalista del propio mercado, mediante el cual la última energía que logra casar su producción con la demanda marca el precio para el resto de ofertantes. Excluir a los ciclos combinados del mercado implicaría la fijación de un mecanismo que retribuya su producción de forma aislada. En la misma línea, otra opción sobre la mesa podría pasar por subvencionar directamente a las centrales de gas para reducir sus costes, de forma similar a como se hizo durante los primeros años del despliegue de las renovables.

No obstante, la opción más probable según las fuentes del sector energético consultadas pasa por limitar directamente el precio al que los ciclos combinados de gas pueden ofertar la luz en el mercado. De esta forma no habría que tocar el funcionamiento del sistema marginalista. Se trataría de un límite temporal que algunas fuentes fijan en el entorno de los 100 euros por megavatio hora, menos de la mitad del precio que está marcando estos días el mercado.

Las eléctricas avisan de que fijar un precio máximo a estas centrales debería llevar incluido el pago de una compensación que les cubra la diferencia entre ese techo y sus costes de producción, ya que de lo contrario declararían sus instalaciones «indisponibles» por inviabilidad económica y habría riesgo de falta de suministro. A pesar de este aviso, Ribera no da muestras de querer compensar y ha avisado reiteradamente, la última vez ayer en ‘Expansión’, de que las eléctricas tendrán que arrimar el hombro en la solución de esta crisis y «podrían cobrar menos».

Estas palabras despiertan el temor en el sector eléctrico ante un nuevo ‘hachazo’ por parte de la vicepresidenta energética, sobre todo después de que hace solo unos meses su regulación dirigida a recortar los beneficios extraordinarios de los gigantes del sector quedara en evidencia y tuviera que ser rectificada en menos de un mes. «Por aquel recorte no hemos pagado ni un céntimo porque hemos sido capaces de demostrar al Gobierno y a la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) que nuestra energía está vendida a plazo en contratos bilaterales y no nos forramos por la subida del mercado», explican hoy en una de las grandes compañías.

La misma fuente advierte del impacto que tendría para España volver a actuar en solitario. «Si aquí se toman medidas de forma unilateral para abaratar la luz se dispararían las exportaciones a Francia y Portugal, lo que implicaría subvencionar la luz a nuestros vecinos europeos con cargo al consumidor español. Otra cosa es que se suspendieran temporalmente esas exportaciones», concluye.