Rusia condena de nuevo a Navalny, que podría seguir en prisión hasta 2031

Guerra en Ucrania Navalny llama a sus compatriotas en Rusia a manifestarse: «Si hay que llenar las cárceles, las llenaremos»

Alexei Navalny es culpable. Otra vez. Esta vez de fraude a gran escala y de ofender a una magistrada. Ha sido condenado por un tribunal ruso a otros nueve años, que pueden sumarse enteros o en parte a los dos y medio que ya está cumpliendo: podría seguir en prisión hasta 2032. También tendrá que pagar 10.000 euros de multa.

«Navalny cometió una estafa, una apropiación de bienes ajenos mediante engaño y con abuso de confianza», dijo la juez Margarita Kotova.

Desde el año pasado Navalny está en una prisión del este de Moscú por violar la libertad condicional mientras estaba en coma por una sustancia tóxica que varias investigaciones relacionan con los servicios de seguridad rusos. Navalny acusó al presidente Vladimir Putin de estar detrás del ataque.

La pantalla ha mostrado hoy a un demacrado Navalny compareciendo junto a sus abogados en una sala llena de guardas de la prisión. Mientras, el tribunal leía la letanía de acusaciones en su contra. Los medios rusos informan de que la justicia lo quiere enviar a una colonia penal de máxima seguridad.

El opositor ruso Alexei Navalny escucha el veredicto este martes.YURI KOCHETKOVEFE

Las autoridades rusas han presentado a Navalny y a sus partidarios como subversivos decididos a desestabilizar Rusia con el respaldo de Occidente. Toda la disidencia ha sido prohibida ante un año difícil para el Kremlin: las nuevas sanciones de Occidente han causado estragos en la vida cotidiana de los rusos, que a pesar de la censura ven en las redes sociales lo que su ejército está haciendo en Ucrania.

Hace tiempo que la mayoría de los aliados de Navalny huyeron de Rusia para no afrontar multas, ir a la cárcel o quedar confinados en casa.

Tras conocerse la sentencia, la policía rusa ha detenido a sus abogados, según un reportero de Reuters que ha visto cómo eran arrestados. Olga Mikhailova y Vadim Kobzev habían informado de que apelarían la decisión del tribunal.

Navalny, de 45 años, pasó años siendo ignorado por los medios rusos. En 2020 fue intoxicado y evacuado a Alemania. Las autoridades rusas cambiaron de estrategia y lo presentaron de puertas afuera como un nacionalista ruso. A los rusos les dijeron que era un agente de Occidente. Navalny, siempre desafiante, fue encarcelado el año pasado nada más llegar al aeropuerto cuando regresó a Rusia después de recibir tratamiento médico en Alemania.

El Kremlin siempre ha defendido que no hay evidencias de que Navalny haya sido envenenado y niega haber tenido nada que ver en sus problemas de salud. Pero Vladimir Putin sigue sin pronunciar su nombre en público.

Después de la última audiencia judicial sobre su caso el 15 de marzo, Navalny escribió en Instagram: «Si la pena de prisión es el precio de mi derecho a decir cosas que deben decirse… entonces pueden preguntar durante 113 años. No renunciaré a mis palabras ni a mis actos». La oposición de Navalny a la intervención militar de Moscú en Ucrania, manifestada en las redes sociales, lo ha colocado para siempre en el papel de enemigo del Estado. Un Estado que, mientras «desnazifica» Ucrania, no tolera otra versión que la oficial.