‘Operación desescalada’: la industria alimentaria tardará días en recuperar la normalidad tras la crisis del transporte

‘Operación desescalada’: la industria alimentaria tardará días en recuperar la normalidad tras la crisis del transporte

El paro de los transportistas arroja un escenario de desescalada complicado para los sectores más afectados, fundamentalmente la cadena agroalimentaria, que podría llevar a cierta congestión, al pasar del parón en la actividad a un repunte de la demanda, además urgente. Algo parecido al cuello de botella en el transporte marítimo que vivimos el pasado mes de diciembre en China.

La cadena agroalimentaria (desde el sector primario, industria transformadora, hasta la distribución) lleva casi dos semanas colapsada y tardará días en volver a cierta normalidad cuando el paro acabe, pues muchas fábricas que ahora están paradas tienen que volver a recibir la materia prima o los materiales necesarios para fabricar y distribuir el producto a las tiendas, por ejemplo.

«Cuando acaben las movilizaciones, tardaremos unos cuantos días en volver a la normalidad, porque para que todo fluya como antes tenemos que resolver un sudoku importante, porque habrá que reorganizarlo todo para lograr la máxima eficiencia en el menor tiempo posible», explica Francisco Aranda, presidente de UNO, la patronal logística, que ha estado presente en las negociaciones con el Gobierno.

«Tendremos probablemente cierta congestión, pero no un bloqueo, porque pasamos de haber tenido que reducir la oferta a multiplicarla otra vez, pero el canal va a seguir siendo el que es, por lo que tendremos que ser lo más ágiles posibles para planificar muy bien las fases de la cadena de suministro», añade.

A pesar de que los convocantes del paro han decidido que lo mantienen, «ya se está trabajando en replanificar todo, en establecer las prioridades y cuáles los sectores de máxima urgencia, por ejemplo la alimentación animal (los piensos) y la humana, así como los posibles retrasos en la entrega de productos sanitarios», señala Aranda.

La cadena agroalimentaria lleva semanas tensionada al máximo por el paro, lo que ha provocado el cierre de plantas, la pérdida de producto y escasez en muchas tiendas. A las explotaciones ganadera no ha llegado el pienso para alimentar a los animales, el pescado se ha almacenado en las lonjas y las fábricas no tenían los materiales necesarios para elaborar o envasar el producto, entre otros problemas.

«El sector que haya conseguido no parar podrá volver con más facilidad a un mercado de condiciones previas», señala Luis Calabozo, presidente de Fenil, la Federación Nacional de Industrias Lácteas. Estas «plantas que no hayan parado pero esté a punto de hacerlo, por falta de suministro, será también las primeras en recibir el apoyo» en esta fase de desescalada, explica Aranda.

La leche ha sido el icono de esta crisis, pues la mitad de la producción de leche de vaca está en Galicia, uno de los focos de las movilizaciones. Por eso ha sido una de las industrias más afectadas, la que primero dio la alarma, y ha sido el producto que más ha faltado en las tiendas.

«Somos un sector de producción continua, la materia prima no se puede almacenar, hay que recogerla y procesarla todos los días. En esta crisis, nosotros hemos tenido que estocar producto por encima de nuestras posibilidades, pero no hemos podido vender lo acumulado, y esto supone un coste importante, porque cuando todo vuelva a la normalidad, el que no ha podido consumir leche estos días porque no había no va a consumir el doble», explica Luis Calabozo, presidente de Fenil, la Federación Nacional de Industrias Lácteas.

«Este paro ha provocado un gran estocaje de producto acabado en las plantas, en nuestro caso el equivalente a miles de camiones de producto terminado, listo para llevar a la distribución. Esto en un sector que sigue generando materia prima», dice Calabozo, que cree que «habrá mucha presión sobre la cadena también en esta fase, porque habrá dificultades logísticas y se necesitarán camiones extra para poder sacar esas bolsas de stock acumulado».

«Si todos necesitamos sacar producto necesitaremos de golpe transporte extra, y esto hará que suban los precios o incluso que necesitemos camioneros de Portugal», opina Calabozo.

Además de cuánto tardará la cadena en volver a la normalidad, la otra pregunta que se hacen los sectores afectados es cuánto habrá costado. La distribución calculó casi al inicio de la crisis que le costaba 130 millones diarios extra lograr que el producto llegara a las tiendas en estas circunstancias. Los primeros días de paro se calcularon 600 millones, pero esta cifra «ha crecido exponencialmente cada día que pasaba», señalaba a este periódico José María Bonmatí, director general de Aecoc.