Más de un día atrapados en un tapón que avanza a 7 kilómetros por hora: la odisea de los camioneros en el canal de La Mancha

Más de un día atrapados en un tapón que avanza a 7 kilómetros por hora: la odisea de los camioneros en el canal de La Mancha

Un descomunal atasco en la entrada del Eurotúnel prácticamente paralizó el acceso de los transportistas al continente europeo desde Reino Unido y evocó el tapón de la Navidad de 2020, cuando había que hacer colas durante días debido a la congestión. En este caso la situación no es tan compleja y muestras signos de mejora, pero el sector lamenta las condiciones en las que han tenido que faenar los camioneros, que, además, han perdido trabajos por este retraso. En cualquier caso, esperan volver a la normalidad antes de que finalice la Semana Santa.

Hace dos años el problema fue un ‘cerrojazo’ en este túnel debido a una nueva cepa de coronavirus, pero en esta ocasión no ha sido la pandemia -o, al menos, no directamente, ya que sigue afectando a transporte y comercio- la causante del problema. Según explica, Juan José Gil, secretario general de la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer), desde principios de la semana pasada se ha dado una «tormenta perfecta» de situaciones. La primera de las gotas de este temporal metafórico es, de hecho, literal, ya que las «inclemencias meteorológicas» han ralentizado el paso. «Que en Inglaterra que haga mal tiempo no es algo que sea novedoso, así que tampoco podemos justificarlo, porque no es que haya habido nevadas», apunta el directivo.

«Ha agravado la situación que una de las navieras que opera los ferris para cruzar el canal, que es P&O, lleva desde marzo sin operar por un problema con los trabajadores, lo que reduce el flujo», detalla Gil. Esto aumenta la congestión en una zona de paso que en los últimos días se tensionó por las vacaciones de Semana Santa. Asimismo, el tren de transporte que lleva los camiones al continente «cargaba la mitad de camiones» durante algunas jornadas sin que el Gobierno diese una explicación. Sí lo hizo en el caso del último ingrediente de un cóctel ya de por sí cargado: un problema informático que «afectó al control aduanero».

«Afortunadamente, no estamos en la situación de diciembre de 2020», tranquiliza Gil. La situación, apunta, «es más llevadera», si bien no deja de ser «gravosa» y un «caos». «Hasta ayer mismo, sufríamos atascos que oscilaban entre las 20 o las 30 horas para un recorrido que habitualmente se hace en una hora», expone.

Gil contextualiza la situación con distancias patrias: ir de Madrid a Guadalajara en coche no llevaría 60 minutos, sino entre 1.200 y 1.800, que se traducen en esas más de 20 o 30 horas de tránsito. «Yo creo que se tarda menos andando que en un camión estos días«, ironiza. Y no hay alternativa, ya que los transportistas sólo pueden utilizar la autopista M-20, que conecta el centro de Inglaterra con el sur, donde se encuentran Dover (desde donde pueden coger un barco) o Folkestone, entrada del Eurotúnel. «No les permiten, bajo sanción de 300 libras, utilizar carreteras locales alternativas», describe el secretario general de Fenadismer, quien, en cualquier caso, recuerda que «también están atascadas».

Todo esto da lugar, según resume el directivo, a «cabreos». No sólo por la espera en sí, sino por las condiciones de la misma: «No pueden cumplir las normativas sobre tiempo de descanso y se la están saltando». La cola de 30 horas se mueve -si bien, a 7 km/h lo hace más a ritmo de glaciar que de autovía- y no es posible tener el camión parado. «Si se echan a descansar, la policía les advierte que tienen que estar atentos a la circulación«, denuncia Gil. Esto, como es lógico, también complica otras necesidades fisiológicas o la propia comida». «Es un situación absurda completamente», resume

A los transportistas también les afecta por la naturaleza de los viajes a Reino Unido, que suelen ser de exportación; es decir, los camiones van cargados y vuelven vacíos salvo que encuentren ahí carga de retorno. Lo normal es que no ocurra y se busquen en países de tránsito ya de camino a España, como Francia o Bélgica. Sin embargo, las más de 20 horas de incertidumbre o, sencillamente, de retraso, han hecho que pierdan esos clientes. «Se producen daños colaterales, no es sólo perder el tiempo ahí y las condiciones en las que estás», describe Gil.

En cualquier caso, la kilométrica cola comienza a descongestionarse, como ya se preveía que ocurriese a medida que avanzase la semana. Carlos, un autónomo que está descargando y a mediodía se dirige al túnel explica que hoy la situación está «bastante mejor». La situación ha mejorado y, en principio, no debería empeorar próximamente, así que hoy podría solventarse el paso en tan solo cuatro o cinco horas.