Los afectados por la ‘cena’ a la que invita Sánchez y pagan las gasolineras: «Vamos a tener que pedir un crédito al banco»

Los afectados por la ‘cena’ a la que invita Sánchez y pagan las gasolineras: «Vamos a tener que pedir un crédito al banco»

El caótico primer día con la rebaja de 20 céntimos en los carburantes ha saturado estaciones de servicio y sistemas informáticos en toda España. Desde el sector, sin embargo, consideran más preocupante tener que adelantar la bonificación vendiendo a pérdidas en volúmenes que pueden rondar los 40.000 euros mensuales. Quien no pueda afrontarlo, deberá cerrar.

La patronal lo ha comparado con invitar a cenar y hacer que pague el convidado. Quien hace la invitación es Pedro Sánchez y quien pone la cartera, las gasolineras, que deben adelantar este descuento de 20 céntimos. Itzíar Muñoa, empresaria del sector, tiraba de una metáfora similar -«es como decir que yo te invito a una ronda, pero la paga el bar»- para criticar durante el primer día de descuentos que, al final «el marrón nos lo deja a las propias gasolineras».

El problema, en cualquier caso, no es tanto quién paga -lo hará el Estado- sino cuándo lo hace. El vehículo mediante el que se transmite la bonificación al carburante son las gasolineras, que cobran su carburante ya una vez hecha la rebaja. Es decir, venden la gasolina y el diésel a pérdidas y después -aún no está muy claro cuándo- Hacienda les reembolsará este dinero. También se pondrá en marcha un programa de adelantos al que ya es posible apuntarse, pero que no empezará a ingresar sus fondos hasta la semana que viene. «Nos emplean como vehículo para transmitir esa bonificación a los usuarios», resume Antonio Gallinad, presidente de la asociación provincial de Huesca y de la de Aragón de Aevecar.

Gallinad también es propietario de una estación de servicio en Fraga, un municipio de la provincia de Huesca. «No es que sean zonas pobres, pero es una zona con mucha menos población y hay mucha cooperativa agrícola con sus surtidores», explica. «Es otro modelo de negocio que el de una gran estación en Madrid, Barcelona o Valencia», apunta para contextualizar lo que puede suponer aportar los entre 1.000 y 1.500 euros diarios que se calcula que deberán poner, de media, de su bolsillo.

Si hay retrasos en el pago o si los adelantos del Gobierno no llegan a tiempo, «vamos a tener que pedir un crédito al banco«, explica, para hacer frente a sus propios gastos. Y no cree que sea el único que se encuentre en esta situación, que, además, les obligaría a pagar unos intereses que ellos no le pueden cobrar a Hacienda. Con sorna y retórica, se pregunta qué ocurriría si fuesen ellos quienes tuviesen que pedirle prestado el dinero al Gobierno.

«Se nos crea una deuda muy grande», se queja el empresario. Los cálculos no son descabellados: a 20 céntimos por litro y con la gasolina y el diésel por encima del 1,81 (según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea para esta semana), llenar un depósito de 50 litros costará 90,5 euros. Sin embargo, pagarán 10 euros menos. Cada 100 de estos clientes suponen, por lo tanto, 1.000 euros. «Hay empresas que tienen pulmón para aguantar, pero otras, no», denuncia Gallinad antes de apuntar lo que muchos firmarían: «Prefiero deberte a ti 100.000 euros a que me los debas tú a mí».

Otra de las quejas que repiten en el sector son las prisas y la improvisación con las que parece haberse tomado la medida, aprobada el martes en Consejo de Ministros. Entre el anuncio y los últimos flecos, apenas un día y medio para preparar los sistemas informáticos -a fondo perdido- y la imposibilidad de pedir un adelanto al Gobierno hasta hoy mismo. Con suerte, llegará la semana que viene.

«Es un tema muy delicado, porque es mucho dinero», recuerda el directivo de Aevecar, que comprende la medida y hasta la comparte -«estamos encantadísimos de que se subvencione, porque cuanto más económico sea el producto, más beneficiados salimos: que les den 20, no; ¡que les den 40!»-, pero no tanto las formas. «Que seamos nosotros los que tengamos que anticipar ese dinero nos parece muy peligroso«, lamenta. Entiende, por lo tanto, que haya quien haya decidido cerrar en el día más ajetreado de lo que va de año. En su caso, abrieron, aunque algo más tarde para asegurarse de que había suficientes trabajadores.

A pesar de que ha habido «más afluencia y con repostadas de más cantidad», no han tenido mayores problemas. Respecto al cálculo de los 1.000 euros diarios lo ve «muy posible», especialmente teniendo en cuenta que aumentan las ventas y se acerca la Semana Santa. En cualquier caso, lo agradece tras varios días sin apenas movimiento a la espera del descuento: «Ojalá circule gente, ya nivelaremos la cosa como bien podamos».

Pasado el golpe inicial, Gallinad espera que haya «fluidez» entre la Administración y las gasolineras para que el adelanto de los 20 céntimos se pague con celeridad. «Lo que no podemos soportar son 50.000 o 100.000 euros sin ninguna garantía de devolución», describe. «Que, a ver, estamos hablando de Hacienda, pero es no tenemos fechas concretas o compromisos«, se queja. «Estamos hablando de mucho dinero y del dinero que necesitan para vivir muchas familias y sus trabajadores», expone desde su única estación de servicio. «Cuando tienes encima una marca como Repsol, Cepsa o BP se piensan que estamos montados en el dólar, pero no es así: somos familias con nuestros trabajadores».