Las fisuras internas y críticas que sacuden al oficialismo de Nicaragua
Las dimisiones de Paul Reichler y Arturo McFields son un golpe político para el gobierno de Ortega.

Las dimisiones de Paul Reichler y Arturo McFields son un golpe político para el gobierno de Ortega.
La deserción del embajador de Nicaragua ante la OEA, Arturo McFields, quien llamó “dictadura” al gobierno de Daniel Ortega, y la renuncia del abogado de Managua ante la CIJ, Paul Riechler, revelaron las «inconformidades» dentro del oficialismo, dicen analistas, que no descartan una «cacería de brujas» en filas sandinistas.
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Es «una confirmación de la existencia de inconformidades en círculos de poder de la dictadura», estimó el economista y analista de oposición Enrique Sáenz.
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«Lamentablemente, es de esperar que el régimen ahora comience una cacería de brujas contra los familiares o allegados del embajador McFields y cualquier otro funcionario que lo haya apoyado», advirtió, por su parte, Juan Pappier, de la ONG Human Rights Watch.
Desde 2018, Nicaragua vive una crisis sociopolítica que ha cobrado cientos de vidas, y que se agudizó tras las elecciones de noviembre pasado, en las que el sandinista Daniel Ortega fue reelegido para su quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta
En junio pasado, la policía inició una redada que culminó con la captura y enjuiciamiento de 46 opositores, entre ellos siete aspirantes a la presidencia. Con sus rivales presos, Ortega logró una reelección cuestionada por la comunidad internacional.
Arthur McField, exembajador de Nicaragua ante la OEA.
EFE
La situación también ha venido deteriorándose en el país con la persecución de la prensa y la prohibición de organizaciones humanitarias que reciben dinero de cooperación internacional, y que ahora se le suman estas deserciones y pujas internas.
Con este telón de fondo, McFields criticó abiertamente a Ortega durante una alocución en la OEA. Tras cinco meses como embajador ante ese órgano, el diplomático tomó inesperadamente la palabra la semana pasada durante una conferencia en ese órgano y dijo que muchos son «obligados por el régimen a fingir» apoyo a Ortega.
En su alegato aseguró hablar “en nombre de más de 177 presos políticos y más de 350 personas que han perdido la vida” en su país desde 2018. Para el analista Sáenz, la denuncia del ahora exembajador fue un «golpe político» para la administración Ortega que podría «alentar» a que otros sigan sus pasos.
la denuncia del ahora exembajador fue un «golpe político» para la administración Ortega que podría «alentar» a que otros sigan sus pasos.
A propósito, días después de las declaraciones de McFields, el abogado Paul Reichler, quien representó a Managua ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en varios litigios internacionales (entre ellos el de la disputa marítima en el Caribe con Colombia), renunció al cargo por «conciencia moral».
Esta carta –dijo el abogado a Ortega– es «para dar por terminada mi relación con usted y su Gobierno. No sé qué le hizo cambiar, pero usted ya no es el Daniel Ortega a quien tanto respeté, admiré, quise y serví con orgullo durante tantos años».
Además, le recriminó enviar al exilio al Premio Cervantes 2017 Sergio Ramírez, al comandante Luis Carrión, al Ortega y Gasset 2021, Carlos Fernando Chamorro, a la escritora Gioconda Belli, al economista Edmundo Jarquín, a Mónica Baltodano, entre otros.
REDACCIÓN INTERNACIONAL Y AFP
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