Las armas y municiones deficientes hacen que la maquinaria militar de Moscú sea ineficaz: por qué Rusia está perdiendo la guerra logística

Las armas y municiones deficientes hacen que la maquinaria militar de Moscú sea ineficaz: por qué Rusia está perdiendo la guerra logística

Guerra en Ucrania

Según los analistas, al menos el 60% de las armas rusas presentan fallos graves en materiales y procesos de fabricación a pesar de los excelentes prototipos

Soldados ucranianos inspeccionan tanques rusos abandonados.EFE

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VINCENZO CAMPORINI (CORRIERE DELLA SERA)

Actualizado Lunes,
28
marzo
2022

08:35

Directo Guerra Ucrania – Rusia, noticias de última hora en directo Testigo directo Krivói Rog, la ciudad del acero que forjó al presidente Zelenski

La logística, un arte olvidado. Según las evaluaciones de los analistas occidentales, al menos el 60% de las armas y municiones utilizadas por las fuerzas rusas en su ofensiva en Ucrania muestran fallos graves con una gran cantidad de artefactos explosivos sin detonar. Se trata de valoraciones basadas en el examen de lo encontrado sobre el terreno, cuya fiabilidad, por tanto, es razonablemente alta y que plantea serias dudas sobre la eficacia de la maquinaria militar de Moscú.

Sin embargo, esto no es una sorpresa: sin retroceder demasiado en el tiempo, una situación similar se presentó durante el breve conflicto entre Georgia y Rusia en agosto de 2008. Una situación que presenta singulares similitudes con la que estamos viviendo en estas semanas: dos territorios reclamados por los georgianos, Abjasia y Osetia del Sur, donde se producían enfrentamientos interétnicos desde la época de la URSS, habían proclamado su independencia ; Tbilisi lanzó una operación militar que provocó una fuerte intervención rusa.

El conflicto duró solo cinco días y terminó con una derrota de las fuerzas georgianas, pero el análisis de los hechos mostró que más del 50% de las municiones utilizadas por las fuerzas de Moscú no habían explotado, principalmente por el mal estado de mantenimiento: las experiencias del pasado deberían ser lecciones para el futuro, pero parece que la logística de las fuerzas armadas rusas no ha sacado el beneficio necesario.

Hay un problema de calidad generalizado en el frente ruso. Las oficinas de proyectos de la industria armamentista rusa tienen excelentes cualidades, a veces por encima de lo que está disponible en Occidente: el conocimiento en el campo de la dinámica de fluidos tridimensional ha permitido la elaboración de programas aeronáuticos extraordinarios.

Lamentablemente, sin embargo, cuando pasamos de los proyectos a los prototipos y de éstos a los productos producidos en serie, salen a la luz graves deficiencias en la calidad de los materiales y los procesos de fabricación.

El examen de los restos de un avión de combate ruso ha puesto de manifiesto el uso de aleaciones completamente similares en su formulación a las utilizadas en nuestras industrias aeroespaciales, pero con un nivel de homogeneidad tan pobre que exige el doble de espesor, con un aumento de peso en detrimento de sus prestaciones finales.

Otra consecuencia de estos niveles cuantitativos insatisfactorios es la vida operativa deficiente de los productos: el MiG29 Fulcrum, en su estreno a finales de los 70, principios de los 80, era una máquina increíble y aún conserva una capacidad operativa significativa, pero requiere una renovación de los motores después de unos cientos de horas de vuelo, lo que multiplica los costes y la complejidad de la logística y, consecuentemente, su disponibilidad operativa.

En pocas palabras: sin una logística eficiente, las guerras no se ganan y éste parece ser el talón de Aquiles de las fuerzas rusas.