La recuperación se aplaza a finales de 2023: la inflación y el menor crecimiento rompen la promesa del Gobierno

La recuperación se aplaza a finales de 2023: la inflación y el menor crecimiento rompen la promesa del Gobierno

Crisis

El Panel de Funcas estima que el PIB crecerá un 4,8% este año, menos incluso que en 2021. El IPC llegó en febrero al 7,6%, casi el doble que en Francia

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a las tres vicepresidentas del Ejecutivo.

PREMIUM

DANIEL VIAÑA


@DanielVianaR


ALEJANDRA OLCESE


@AlejandraOlcese

Actualizado Viernes,
18
marzo
2022

02:21

Precios España sigue entre los países de la UE con más inflación y subirá puestos en marzo por la falta de medidas del Gobierno Crisis España crecerá este año menos que en 2021 por el impacto de la guerra y la recuperación se retrasa todavía más

La economía española encadenará otro año más de crisis como consecuencia de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Por eso, y porque la gestión del Gobierno impidió que, como sí hizo buena parte de la Eurozona, el Producto Interior Bruto (PIB) recuperase en 2021 los niveles previos al covid. El Ejecutivo afirmó que 2022 sería el ejercicio en el que se dejaría atrás la recesión. Pero la guerra va a provocar que el Gobierno incumpla su promesa, y que la población sufra una inflación galopante y disfrute de un crecimiento significativamente menor.

Según el Panel de Funcas, que ayer actualizó sus previsiones, el repunte en 2022 será incluso menor que el de 2021 y se quedará en el 4,8%, aunque ese dato tiene también en cuenta las previsiones de los panelistas que todavía no han modificado sus cifras para incorporar el impacto de la guerra. «Si sólo se tienen en cuenta las respuestas de los que sí han incorporado dicho impacto, la previsión media se situaría en el 4,6%, un punto porcentual menos que en el anterior consenso», expone el documento.

Y uno de esos panelistas que sí han actualizado sus cifras es Equipo Económico, que para 2022 estima ese mismo 4,6% de crecimiento medio que prevé la media del Panel y para 2023 contempla un avance del 3,5%. Con estos datos, la firma que dirige Ricardo Martínez Rico, secretario de Estado de Presupuestos durante el Gobierno de José María Aznar, no duda en apuntar que la recuperación de los niveles previos al covid no llegará hasta «finales de 2023». Esto es, que no es que la crisis se vaya a prolongar un año más, sino que lo hará durante al menos 18 meses más.

Un factor clave y evidente en estas negativas previsiones es el de las tensiones inflacionistas, que afectan especialmente a la economía española. Tanto, que el país es una de las potencias occidentales con mayor inflación en la Unión Europea. Registró en febrero un aumento del 7,6% en el IPC, casi el doble de la subida experimentada en Francia (4,2%) o Portugal (4,4%), y es previsible que siga subiendo posiciones en la clasificación en marzo, a raíz del encarecimiento del gas provocado por la guerra en Ucrania y ante la ausencia de medidas por parte del Gobierno.

El Ejecutivo no anunciará hasta el 29 de marzo las decisiones que va a tomar para contener o compensar la subida del precio de la luz, el gas y el petróleo. Está trabajando sobre tres ideas: ayudas directas (que no afectarían a la inflación), bajadas fiscales o topes de precios. Estas dos últimas sí servirían para contener el índice, pero su impacto no se notaría hasta el mes de abril. Además, esta ausencia de medidas tempranas está empeorando la situación: ya ha provocado una huelga de transportes que está generando desabastecimiento de productos y esto, a su vez, contribuye a que los precios crezcan todavía más.

Con este escenario, algunos servicios de estudios -como la mencionada firma de asesoramiento Equipo Económico pero también el Centro de Estudios de Economía de Madrid, adscrito a la Universidad Rey Juan Carlos- ya esperan que el IPC se situé en el entorno del 7% en promedio en 2022, muy por encima del 3,1% registrado en 2021. Para que esta previsión se cumpla, sería necesario que la inflación siga por encima del 7% de forma consistente de aquí a diciembre.

Funcas prevé que en marzo el IPC llegue al 8,6% y ya ha advertido de que en los próximos meses se podrían observar incluso índices de doble dígito, algo que no se registra en el país desde 1985. Este pronóstico está en línea con el que hace el Banco Central Europeo (BCE) para la zona euro, ya que prevé que la inflación se sitúe en promedio en el 5,1% este año, pudiendo llegar al 7,1%.

La consultora británica Capital Economics cree que la inflación se mantendrá en torno al 6% en la Eurozona al menos hasta septiembre, que finalizará el año por encima del 4% y que habrá que esperar hasta finales de 2023 «como pronto» para verla en el entorno del 2%.

Este contexto inflacionista, y ya de vuelta a España, atacará directamente a una variable muy importante: el consumo. Que la capacidad de compras de las familias es menor dado el aumento de los precios, es indudable. Pero es que además el Ejecutivo lleva más de un año esperando que las familias desembolsen el ahorro que forzosamente embalsaron durante los momentos más duros de la pandemia. Sin embargo, la realidad es que ese mismo incremento de los precios, por una parte, atemoriza a las familias; y por otra, hace que sus ahorros valgan menos. Resultado: menos consumo.

Y tampoco parece probable que el desarrollo y la aplicación de los fondos europeos vaya a ser tan relevante como esperaba el Gobierno. El contexto no es el mejor, el propio Ejecutivo tendrá que centrar buena parte de su atención en la guerra y sus múltiples derivadas, y todo indica que, como ya sucedió en 2021, el impulso económico será menor al esperado.

Con todo este cóctel, algunas voces ya están yendo más allá al apuntar al temido efecto de la estanflación: subidas de precios con estancamiento económico.