Isabel Díaz Ayuso, el fenómeno político de la derecha española
La dirigente madrileña se perfila como favorita para las próximas presidenciales.

La dirigente madrileña se perfila como favorita para las próximas presidenciales.
Hace menos de tres años Isabel Díaz Ayuso era una desconocida.
Ahora, su nombre suele ser tendencia en las redes sociales, pues no le basta con enfrentarse al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, sino que también está dispuesta a batallar contra las cabezas de su propio grupo, el Partido Popular (PP), pues tal parece que para la presidenta de la Comunidad de Madrid no hay rival invencible ni diplomacia que se imponga cuando de apostarle a ser algún día quien gobierne a España se trata.
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Justamente, su más reciente batalla ocurrió dentro del PP contra la persona que le extendió el brazo y la sacó adelante: Pablo Casado, presidente hasta hace poco del grupo y quien se vio obligado a renunciar por la polémica que se despertó cuando se le ocurrió poner en entredicho a su entonces compañera y amiga Isabel, investigando el papel del hermano de esta en un contrato de venta de tapabocas, cosa que la enfureció.
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Tras días de un vendaval político que acaparó la atención española, se produjeron tres efectos: Casado se vio obligado a renunciar, la Fiscalía asumió las indagaciones sobre el contrato en duda y Alberto Núñez Feijóo, un político gallego de vieja guardia, asumió la presidencia del partido.
Díaz Ayuso (IDA, por sus iniciales) pasó de ser atacada a atacar. Pero no mantiene una actitud triunfal porque su rato amargo no termina: tiene que esperar el pronunciamiento de la Fiscalía.
Mientras tanto pide dimisiones en su partido y asegura que se quedará al frente de la Comunidad, para tranquilizar a aquellos que piensan que puede presentarse como candidata a la presidencia en las próximas elecciones de 2023.
Pablo Casado, Presidente del Partido Popular de España.
Cancillería Colombia
IDA se ha mostrado en su esencia. Natural, con desparpajo, sin miedo, frentera y franca. Las características que la han llevado a conseguir la simpatía de los votantes y la atención pública. Las mismas que le permitieron pasar de ser una persona anónima a ser la presidenta de la Comunidad de Madrid, a pesar de haber perdido las primeras elecciones.
Isabel Díaz Ayuso apareció en la escena pública española en 2019, cuando se presentó como candidata a la presidencia de la Comunidad en unas elecciones que perdió.
Sin embargo, el sistema político de la Asamblea de Madrid, que reproduce el modelo parlamentario nacional, le permitió conformar coaliciones con otros partidos y así obtener una mayoría que le permitió gobernar.
Pero como lo suyo es contar con la aprobación de quienes dirige, en 2021 convocó a elecciones y ganó con un apoyo abrumador.
La gente ya conocía a esa mujer que manejó la pandemia en contravía del resto del país y ganó la simpatía de los hosteleros hasta el punto de que no pocos platos que ofrecen restaurantes de Madrid llevan su nombre: ‘huevos a la Ayuso’, por ejemplo, es uno de ellos.
Gracias a todos los madrileños por su cariño, porque mi vida quedará marcada para siempre por las suyas. Un sentimiento que no puedo explicar con palabras.
Solo espero estar a la altura del entusiasmo que me encuentro cada día en la calle.
Gracias por confiar en mí una vez más. pic.twitter.com/EOvhZWgtP1
Isabel no llegó a la presidencia de la Comunidad de Madrid por arte de magia. Caminó todo el sendero dentro del partido, alrededor del cual giraba desde los 22 años.
Se afilió en 2005, cuando Casado era el presidente de Nuevas Generaciones en Madrid y dirigió el área virtual. Aún recuerda sus días “dando cursos de digitalización a los militantes del PP por los pueblos en fin de semana sin cobrar un euro”.
En 2011 fue elegida diputada en la Asamblea de Madrid y en 2013 la nombraron viceconsejera de Presidencia y Justicia.
Entre sus cargos, manejó en 2015 la campaña digital de Cristina Cifuentes (que subió al poder y luego cayó cuando se hizo público un video donde se veía que había robado unas cremas) y la cuenta de Twitter de Pecas, el perro de Esperanza Aguirre, presidenta de Madrid y baronesa del partido. “¡Aquí mi rubia castiza guapa, guapa, guapa! GUAU”, decía supuestamente la mascota sobre su ama en un trino escrito por Isabel Díaz Ayuso y que aún tiene eco.
Los caminos de la vida
Isabel Natividad Díaz Ayuso nació el 17 de octubre de 1978 en Chamberí, un clásico barrio residencial del centro de Madrid.
Visitaba a menudo el pueblo de su papá, Sotillo de la Adrada, cercano a la capital española. Su padre, Leonardo, murió en 2014 y dejó deudas a la familia por negocios que no triunfaron. De hecho, embargaron la pensión de su madre, Mabel.
La pareja solo tuvo dos hijos: Isabel y Tomás, el del supuesto lío de la venta de tapabocas a la Comunidad de Madrid.
En el colegio era bastante activista, pero no se lució por sacar buenas notas y tuvo que cambiar de plantel. Eso sí, se independizó temprano. Estudió periodismo en la Universidad Complutense y terminó un máster en Comunicación Política y Protocolo. Y se nota. Sabe manejar un discurso moderno, rápido, con noticias continuas, mensajes cortos y sencillos. Tiene respuestas viscerales, espontáneas, que encantan a la gente.
Fotografía de archivo de Isabel Díaz Ayuso votando en el colegio La Inmacualada-Marillac en Madrid.
EFE/ Chema Moya
IDA ha hecho de la libertad su bandera. Es agitadora (el expresidente Felipe González la llegó a comparar con Donald Trump), directa y domina las redes sociales, lejos de la corrección política.
“Lo que pienso, lo digo. Es como hablo. No le doy más vueltas”, aseguró en una entrevista en El País. “Y estoy muy segura de lo que sale de mi boca en cada momento”.
Sin embargo, no es combativa ni agresiva. Se deja llevar por la intención más que por el cálculo. Es irónica y emocional. Desconfiada y observadora. Y aspira a no desconectar con la gente, según ella a diferencia de Sánchez, de quien asegura que no ha pisado un supermercado desde hace años.
El expresidente José María Aznar, de su propio partido, le otorga “todos los valores del liderazgo: capacidad de escuchar, reflexión, decisión, espontaneidad y coraje”. Pero también tiene detractores.
Mónica García, dirigente del partido de izquierda Más Madrid, asegura que “Ayuso está conectada a lo emocional, lo abstracto, lo efímero” y que “tiene voluntad de poder, no de gobierno”.
Una inmensa mayoría de madrileños me dio su confianza el pasado 4 de mayo. Tengo un compromiso con todos ellos. La Comunidad trasciende a partidos.
Madrid está ilusionada y creciendo de manera imparable.
La vida institucional seguirá como siempre. pic.twitter.com/VzseWzlpxY
Su vida amorosa se asoma en las páginas de las revistas del corazón. Estuvo casada entre 2008 y 2011 con un hombre del mundo del golf. De 2016 a 2020 tuvo un novio peluquero y estilista, Jairo Alonso, que no dudaba en hacerle publicidad en sus redes. Su última pareja es un hombre del mundo de la salud, Alberto González, separado y padre de tres hijos.
Aunque en un programa de televisión Isabel confesó hace poco que siempre había soñado con ser madre, también admitió que se está haciendo a la idea de que no tener hijos. “Si no los tengo, me dedicaré a mis sobrinos”, dijo.
Le encanta viajar y su ciudad favorita es Nueva York. Pero por ahora no puede quitar la vista de Madrid.
Aunque durante su formación política fue cercana al expresidente Aznar, pertenece a una nueva generación del PP. La misma de Casado, que tomó las riendas durante unos años.
Detrás de IDA en la presidencia de la comunidad está su mano derecha: Miguel Ángel Rodríguez (1964). Fue secretario de Estado de Comunicación y portavoz del gobierno de Aznar. Se había retirado de la política y ahora es la persona de confianza de Díaz Ayuso.
Mujer de mil batallas
IDA se ha enfrentado de varias maneras contra el presidente Sánchez: por la política fiscal, por el precio de la luz, por haber contado con políticos independentistas para formar gobierno. Pero quizá su batalla principal fue en torno a cómo enfrentar el coronavirus.
Cuando tuvo la oportunidad de tomar decisiones, la Comunidad de Madrid fue mucho más laxa que las demás en un buen número de restricciones.
Mantuvo los bares y restaurantes abiertos y los cierres perimetrales fueron menos rígidos. Durante el verano, de hecho, vendió a Madrid como una zona de libertad, con una actividad casi normal en la hostelería, lo que atrajo muchos turistas.
Fue de las primeras dirigentes en mostrarse contraria a la obligatoriedad del uso del tapabocas en la calle y siempre apeló a la “autorresponsabilidad y autocuidado”. Al tiempo, mantuvo una campaña de vacunación masiva ordenada y construyó el Hospital Enfermera Isabel Zendal con el fin de atender a los enfermos por el virus.
Fotografía de archivo de un trabajador sanitario junto a un hombre y una mujer en un hotel reconvertido en centro de acogida de pacientes con Covid-19 en situación de vulnerabilidad en Madrid.
OSCAR DEL POZO. AFP
Aunque algunos aclamaron sus decisiones –como los dueños de restaurantes–, otros las criticaron, pues la Comunidad de Madrid fue una de las que presentaron más infectados y muertos.
La gestión en las residencias de la tercera edad fue desastrosa al principio de la pandemia. Con casi 6.200 fallecidos durante la época dura del confinamiento, fue la región donde murieron más ancianos en España, según un informe del Instituto de Mayores y Servicios Sociales.
García, de Más Madrid, afirma que Ayuso “ha arrebatado a la izquierda la palabra libertad. La ha comparado con salir a tomas cañas (cervezas) en el momento en que la gente estaba más cansada psicológicamente y tenía ganas de huir. Esa oferta tenía trampa. Era inmoral”, dijo. “Y los ciudadanos no queremos tantas cañas y sí que nos echen una mano para pagar el alquiler”.
Durante la primera ola, en 2020, Ayuso protagonizó una polémica por hospedarse en una lujosa suite a la que se trasladó cuando se contagió.
El problema radicó en quién pagó la cuenta de más de 5.000 euros por su estadía en el hotel, que, a propósito, era propiedad de Kike Sarasola, un empresario hijo de la colombiana María Cecilia Marulanda. Ante la sospecha de que lo hiciera la comunidad de Madrid, Díaz Ayuso aseguró que podía mostrar la factura que comprobaba que lo había hecho ella. Sarasola confirmó que la presidenta se había encargado.
La presidenta regional madrileña, la conservadora
Isabel Díaz Ayuso.
AFP
Muchos analistas aseguran que Casado mandó investigar el contrato del hermano de Díaz Ayuso para cortar su ascenso dentro del partido, que constituía una amenaza para las elecciones presidenciales de 2023.
Le salió el tiro por la culata, porque ella recibió la simpatía de los ciudadanos al asegurar que lo que su hermano ganó “no es una comisión por obtener el contrato de la Administración, sino el cobro de las gestiones realizadas para conseguir el material en China y su traslado a Madrid”.
Y mientras Casado se vio forzado a renunciar, Díaz Ayuso recibió llamados para avanzar hacia las presidenciales de España.
Eso sí, por ahora, se mantiene firme en decir que su puesto está en Madrid. A la espera de que la justicia falle a favor de su hermano y se demuestre que no se aprovechó de su cargo, Isabel Díaz Ayuso sin duda se convirtió en la mujer que en menos de dos años y medio se apoderó de la derecha en la política española.
JUANITA SAMPER OSPINA
Corresponsal EL TIEMPO
Madrid, España
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