Hungría y Serbia, dos aliados de Putin reforzados en las urnas
Las victorias electorales de Orban y Vucic le aseguran dos amigos al Kremlin en Europa.

Las victorias electorales de Orban y Vucic le aseguran dos amigos al Kremlin en Europa.
La inmensa mayoría de los líderes políticos europeos aliados del presidente ruso Vladimir Putin, aunque algunos han intentado borrar las pruebas de esa alianza durante los últimos meses, son líderes de oposición, no de Gobierno.
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Desde la francesa Marine Le Pen (cuya campaña electoral de 2017 fue financiada por un préstamo de un banco ruso próximo al Kremlin, y que aspira a llegar al Elíseo en las elecciones de este domingo) hasta el italiano Matteo Salvini (que se hacía fotos en la Plaza Roja de Moscú con una camiseta con la imagen de Putin) pasando por los neofranquistas españoles de Santiago Abascal, la ultraderecha alemana de AfD o el proBrexit británico Nigel Farage.
Además de todos esos partidos ultraderechistas, Putin tiene dos aliados gobernando en Europa. Dentro de la Unión Europea tiene a la Hungría del ultranacionalista Viktor Orban. Fuera del bloque, esperando como país candidato a la adhesión en futuro más o menos lejano, a la Serbia de Alexander Vucic. El pasado domingo, Orban y Vucic dos pasaron por las urnas y los dos salieron reforzados con mayorías aplastantes.
Vladimir Putin, presidente de Rusia.
Efe
Orban obtuvo el 53 % de los votos (el sistema electoral húngaro le da más de dos tercios de los escaños) contra el 35 % de la coalición opositora que intentaba desbancarlo. Vucic, que se presentaba a presidenciales, no tendrá ni que ir a segunda vuelta después de alcanzar cerca del 60 % de los votos en la primera vuelta y dejar a su principal rival con menos del 20 %.
Orban y Vucic son los dos dirigentes europeos más condescendientes con el ataque ruso a Ucrania. Serbia no es miembro ni de la Otán ni de la Unión Europea y los serbios, ortodoxos, han estado tradicionalmente cerca de los rusos. Rusia fue uno de los pocos países que apoyó a Serbia cuando la Otán la atacó para que detuviera la limpieza étnica que estaba ejecutando en Kosovo. Ese recuerdo sigue influyendo en la política del país. El serbio es el único Gobierno europeo que no aplica ninguna sanción a Rusia por el ataque a Ucrania.
Alexander Vucic, presidente de Serbia.
Oliver Bunic / Bloomberg
El caso de Hungría es diferente y tal vez más grave porque no parece cuestión de una tradición política o de una política de Estado sino decisión personal del primer ministro Viktor Orban. Hungría es miembro de la Unión Europea. Podría haber vetado las sanciones a Rusia, pero no lo hace. Como miembro de la Otán es de los pocos que no ha enviado armas a Ucrania e incluso impide que armas de otros países rumbo a Ucrania pasen por su territorio o su espacio aéreo.
La victoria de Orban fue aplastante. Si los últimos sondeos daban casi un empate técnico, el resultado final despejó todas las dudas. Con el 53 % de los votos, el Fidesz de Orban sacó 18 puntos a la coalición opositora, que se había unido para dejar sin efecto las limitaciones electorales que Orban ha ido incluyendo en las leyes en los últimos años. El candidato opositor, el conservador, pero europeísta Peter Marky-Zay, denunció lo que considera “una deriva antidemocrática” de Hungría.
Vucic y Orban son los dos gobernantes europeos que mejores relaciones tienen con el Kremlin. Si la relación de Vucic con Orban es más asunto de tradición y política de Estado, la de Orban parece una amistad y hasta admiración. En 2014, después de que Rusia se anexionó por la fuerza la provincia ucraniana de Crimea y empezó a ayudar con hombres, armas y dinero a los separatistas armados del Donbass, Orban admiró el “modelo ruso”.
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Vucic no es tan provocador como Orban. Mantiene relaciones diplomáticas cordiales con Bruselas, pero juega a dos cartas y en casa se comporta de forma autoritaria, controlando las instituciones para asegurarse el papel predominante de su partido y controlando los medios de comunicación. Vucic sigue el sentimiento de su población, que sigue siendo mayoritariamente contraria a la Otán.
Los dos países son muy dependientes del gas ruso y Rusia les suministra ese gas a bajo costo. Al presidente ucraniano Volodimir Zelensky se le ve como a un opositor. El Ministerio de Exteriores húngaro convocó este miércoles a primera hora al embajador ucraniano en Hungría para protestar por lo que considera “insultos” de Zelensky a Hungría.
IDAFE MARTÍN PÉREZ
PARA EL TIEMPO
BRUSELAS
Un soldado ucraniano está cerca de un cadáveres tirado en una calle de Bucha.
EFE/EPA/OLEG PETRASYUK
Votación en la ONU
Lo cierto es que para Putin será cada vez más difícil sortear las restricciones que Occidente le impone. A propósito, la ONU votará hoy si suspende a Rusia del Consejo de Derechos Humanos. Además, Estados Unidos y el Reino Unido arreciaron este miércoles las sanciones contra el Kremlin.
Por un lado, la suspensión de Rusia de ese órgano de la ONU, una iniciativa impulsada por Washington, es un movimiento que varios países ven fundamental ante las acusaciones que recaen sobre Rusia por las atrocidades cometidas por los soldados de Moscú en Ucrania.
La votación tendrá lugar en la Asamblea General, donde se sientan los 193 Estados de la ONU. Hasta ahora, ese mecanismo se ha usado en una única ocasión: en 2011 Libia fue suspendida tras la represión violenta de las protestas contra el régimen de Muamar el Gadafi, pero su membresía fue restaurada ese mismo año.
Para suspender a Rusia, la propuesta impulsada por Estados Unidos debe obtener una mayoría de dos tercios. Dado que solo se tienen en cuenta los votos a favor y en contra, es posible que un gran número de países opten por la abstención y que el texto salga adelante de todos modos.
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En otro aspecto clave de la jornada de este miércoles, Washington y Londres impusieron nuevas sanciones “devastadoras” contra Rusia. Las nuevas medidas vedan inversiones en Rusia y prevén la congelación de todos los bienes en Estados Unidos del banco público Sberbank y de Alga Bank.
La Casa Blanca dijo que las iniciativas, que también afectaron a dos hijas de Putin (María y Katerina), pretenden convertir a Rusia en un “paria” de la economía mundial. Las sanciones del Reino Unido determinan por su lado “el fin de las importaciones británicas de energía rusa”.
Sobre por qué se tomó la decisión de congelar los activos de las hijas de Putin, Washington sospecha que los políticos rusos “esconden bienes” detrás de familiares y amigos.
“Estos individuos se han enriquecido a expensas del pueblo ruso, y algunos de ellos son responsables de brindar el apoyo necesario para apuntalar la guerra de Putin contra Ucrania”, dijo la Casa Blanca.
REDACCIÓN INTERNACIONAL
*Con información de AFP y Efe
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