Fracasa la reunión del Gobierno y los huelguistas: «No se está dando respuesta a la situación del sector y seguiremos con el paro nacional indefinido»

Han tenido que pasar 12 días de paros y protestas en todo el país, el casi colapso de la cadena de suministro y distribución, las pérdidas en fábricas y empresas de sectores como el agroalimentario, el desabastecimiento de muchos supermercados y el contagio del malestar social a nivel general para que el Gobierno haya aceptado recibir a la plataforma convocante de las huelgas de los transportistas. A su presidente, Manuel Hernández, no le valían hoy los más de 1.000 millones que el Ejecutivo ha puesto sobre la mesa en forma de ayudas, porque lo que él quería, ya con las medidas detalladas, era tener interlocución directa con la ministra Raquel Sánchez.
Lo consiguió. La reunión se ha producido a las 17.00 horas de la tarde, pero no ha servido para casi nada, porque Hernández, la plataforma a la que representa y una parte de los huelguistas han decidido seguir con las protestas ante unas exigencias que no consideran satisfechas por parte del Ejecutivo. «Se ha comprometido en un plazo de dos o tres meses a presentarnos un borrador de ley para garantizar la imposibilidad de poder contratar el transporte a pérdidas, pero consideramos que en estos dos o tres meses, debido a la situación de quiebra total, necesitamos alguna medida transitoria que garantice que hasta que esa ley se pueda llevar a cabo no se pueda seguir en la situación que estábamos al iniciar el paro. La ministra nos traslada que de momento no ven posibilidad de esta opción transitoria y, por lo tanto, consideramos que no se le está dando respuesta a la situación actual económica del sector y no tenemos más remedio que seguir en la situación que estábamos. Esperemos que en los próximos días se replanteen lo que le hemos estado explicando. Nuestra situación es caótica, es muy grave, nos cuesta dinero salir a trabajar, que le quede claro a la sociedad, y aunque ellos se comprometan a regular la contratación, mientras se necesitan medidas provisionales y transitorias que nos garanticen que si el lunes arrancamos, no tenemos dinero. Y si este ministerio o el Estado no nos brinda esa posibilidad, nosotros no podemos desconvocar este paro y por lo tanto, irremediablemente y muy a nuestro pesar, seguiremos con el paro nacional indefinido», ha dicho Hernández al término del encuentro.
La crisis en el sector ha ido subiendo de nivel a medida que pasaban las jornadas. Lo que comenzó como unas reivindicaciones para conseguir pagar menos por el gasóleo profesional, cuyo precio se ha disparado tras la invasión de Ucrania, pronto mutó en un conflicto cuasi ideológico en el que nadie ha querido dar su brazo a torcer. Las declaraciones de la ministra Raquel Sánchez desataron el malestar entre los huelguistas, que en varias ocasiones han asegurado sentirse «criminalizados». La responsable de Transportes no dudó en referirse a ellos como «una parte minoritaria de ultras, en muchos casos de ultraderecha, que están utilizando actos de violencia para reivindicar» y tampoco dudó en rechazarlos como interlocutores válidos. «Yo no me voy a sentar con un grupo de radicales que están actuando con violencia», dijo en mitad de las protestas. Los hechos este viernes han difuminado sus palabras.
Su posición fue secundada por otras compañeras de Gabinete como la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y ese enfrentamiento verbal ha sido uno de los motivos que ha retrasado la resolución del conflicto. El Gobierno minusvaloró el alcance de las convocatorias y la capacidad de los convocantes y sólo cuando el colapso se hizo muy evidente, accedió a la negociación. Eso sí, no con la plataforma sino con el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC), con el que finalmente selló en la madrugada del jueves al viernes un paquete de ayudas por más de 1.000 millones de euros.
Para Manuel Hernández y para buena parte de los huelguistas resulta un acuerdo «insuficiente», «migajas» y con «medidas «irrisorias», de ahí que se hayan plantado en las inmediaciones del Ministerio de Transportes en una protesta matinal y de ahí también que siguieran reclamando una reunión con su titular. Sánchez ha accedido pero les dejó claro desde el primer momento que se trataría de un encuentro «pedagógico» e informativo, es decir, que en ningún caso pretendía renegociar o ampliar las medidas que ya se habían anunciado.
Así que una vez hecha la foto, se ha constatado el fracaso: en tanto que el Gobierno sigue sin tener en cuenta las exigencias de la plataforma, una parte de sus impulsores mantienen el pulso y las movilizaciones.