España vuelve al pódium europeo de la electricidad más cara: su coste es un 16% más alto que en la Eurozona

España vuelve al pódium europeo de la electricidad más cara: su coste es un 16% más alto que en la Eurozona

España volvió en 2021 al pódium europeo de la electricidad más cara pagada por hogares con consumos medios anuales de entre 2.500 y 5.000 kilovatios hora. En concreto, el país se situó en la tercera posición con un coste del kilovatio hora de 0,18 euros antes de impuestos, solo por detrás de Irlanda y Bélgica, tras ascender nada más y nada menos que 9 posiciones en solo un año.

Si se incluyen las tasas e impuestos que recaen sobre la factura, el coste final de un kilovatio hora escaló hasta 0,28 euros de media y el país se sitúa en la quinta posición a nivel regional tras haber subido un 27% en comparación con el segundo semestre de 2020. Si se estima el conjunto del año, al aumento fue del 13% ya que se notó más en los últimos meses.

Los datos de Eurostat hacen referencia al cierre del pasado año e incluyen el efecto de las medidas aprobadas por los distintos Gobiernos para hacer frente a la escalada de precios energéticos. En el caso de España, estas medidas pasaron por una rebaja del IVA del 21% al 10%, la casi supresión del Impuesto Especial de la Electricidad, la suspensión temporal del impuesto a la generación sobre las centrales eléctricas y el alivio de la carga regulatoria que recae sobre el recibo.

A pesar de estas medidas, el Gobierno no logró evitar el fuerte impacto por la subida de la factura y su traslación al resto de productos de consumo y servicios que componen el IPC. Además, se abre una brecha de cuatro céntimos con respecto al precio medio que se paga en la Eurozona. Mientras que en 2020 el coste era similar, ahora es un 16% más cara en España.

El Gobierno vende la estadística europea como un triunfo y el reflejo de que el presidente Pedro Sánchez cumplió su palabra cuando prometió que la media de los hogares españoles pagaría lo mismo en 2021 que en 2018 descontando la inflación.

Fuentes del Ministerio de Transición Ecológica explican que los precios abonados por los consumidores domésticos medios, con un consumo anual entre 2.500 kWh y 5.000 kWh, incluyendo todos los impuestos, fueron de 0,243 €/kWh en 2018 y de 0,257 kWh en 2021.

«Si al precio de 2018 le aplicamos el incremento de inflación entre diciembre de 2018 y diciembre de 2021 (6,8%), tenemos un precio para 2018 ajustado por la inflación de 0,2595 €/kWh, superior al citado precio de 2021, de 0,257 €/kWh», analizan.

El Gobierno utiliza como comparativa de inflación la cifra registrada entre los meses de diciembre de 2021 y 2018, pero en realidad la tasa media anual del IPC ha aumentado un 3,5% en los últimos tres años (en 2019 fue negativa). Si se utiliza esta cifra para hacer el cálculo en lugar del 6,5%, el precio de 2021 estaría por encima del de 2018.

Por otro lado, el dato de Eurostat es una media. Es decir, hay más de 10 millones de familias acogidas a la tarifa regulada o Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC) que sí han notado un fortísimo aumento de su factura eléctrica en el último año al estar indexada directamente al mercado mayorista.

En cambio, quienes disponen de un precio fijo pueden haber notado el aumento en la revisión anual de sus contratos o pueden haber negociado con su comercializadora eléctrica una tarifa más barata a largo plazo, por lo que el incremento sería mucho más leve o no se habría llegado a producir.

El mensaje de Pedro Sánchez en Twitter presumiendo de que «descontando la inflación» ha habido una factura de la luz similar a la de 2018 enervó a la oposición por el negacionismo del Gobierno respecto a los efectos que precisamente la inflación está teniendo en la escalada de precios para familias y empresas.

«La inflación se paga, con impuestos incluidos. Hay que luchar contra la inflación, no negar sus efectos», criticó la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, que ahondó en que Sánchez incumplió su compromiso respecto a la factura de la electricidad porque los hogares se vieron obligados a abonarla hasta «un 25% más cara en 2021 que en 2018».

La número dos del PP subrayó el efecto de la inflación y reiteró que la propuesta de su partido es «bajar impuestos para inyectar liquidez» y reducir la factura de las familias. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, también arremetió contra el mensaje de Sánchez. «Se ríen de nosotros», dijo.

Desde Ciudadanos, Edmundo Bal lamentó la «insolente ocurrencia» de Sánchez y le advirtió de que «ni las familias, ni los autónomos ni los trabajadores pueden ‘descontarse’ una inflación que les asfixia».
«En lugar de reírse de ellos, Sánchez debe disculparse por este comentario inadmisible y decidirse de una vez a aliviarles el bolsillo», recriminó el vicesecretario general de Ciudadanos.

De igual modo, la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, ironizó con que ojalá todo el mundo «pudiera descontarse la inflación con la misma facilidad que el presidente». Y lamentó la «asfixia económica» que sufren los ciudadanos no se revierte con estas «frivolidades».