El partido árabe Raam congela su participación en Gobierno israelí a raíz de los choques en Explanada de las Mezquitas

El partido árabe Raam congela su participación en Gobierno israelí a raíz de los choques en Explanada de las Mezquitas

El partido árabe Raam ha anunciado que congela su participación en la coalición de Gobierno de Israel en protesta por la actuación policial en los enfrentamientos en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén.

Los disturbios del pasado viernes y, en menor medida, de este domingo amenazan derribar la frágil estructura sobre la que el Gobierno más heterogéneo de la historia de Israel se levantó hace diez meses.

La decisión del partido islamista de retirar temporalmente el apoyo de sus cuatro diputados deja al Ejecutivo de Naftali Bennett y Yair Lapid con sólo 56 de los 120 legisladores, pero no significa su caída ya que la Knésset se encuentra de vacaciones. Es, sin embargo, un aviso importante.

Hasta la reanudación del curso parlamentario en 20 días, Raam puede descongelar su participación en el Gobierno y en el Parlamento tal y como desea su líder, Mansour Abbas, partidario de seguir en la coalición en un pacto considerado «histórico».

Otros dirigentes y figuras religiosas del partido, sin embargo, exigen su salida inmediata e incondicional alegando que «Al Aqsa es una línea roja para todo musulmán».

Abbas además está muy presionado y criticado por su gran rival interno en la Knésset y en su electorado, el bloque árabe Lista Conjunta, que se niega a cualquier colaboración con el Gobierno de Israel incluso si, como ahora, incluye también dos partidos de izquierda.

La coalición, formada en junio rompiendo un empate paralizador tras cuatro elecciones en dos años, recibió otro golpe importante el pasado 6 de abril cuando la diputada Idit Silman sorprendió a su líder del partido Yamina y primer ministro Bennett al anunciar su renuncia para intentar formar un Gobierno de derechas que «proteja la identidad judía de Israel».

El temor en el Gobierno es que estos dos anuncios tengan el efecto dominó que liquide la coalición que ya nació con una frágil mayoría de 61 diputados. Mientras Silman se muestra firme en su decisión y espera que se cumpla la promesa de un cargo que le hizo el Likud para el próximo Gobierno, el futuro de Raam dependerá de lo que suceda en los próximos días en la Explanada de las Mezquitas, uno de los santuarios más disputados del mundo.

El Noble Santuario (para los musulmanes) y Monte del Templo (para los judíos) ha sido escenario de choques con 60 palestinos y 10 policías israelíes heridos, en su mayoría leves, y 400 detenciones en una creciente tensión, que ese domingo también ha incluido el ataque de jóvenes palestinos que apedrearon un autobús que llevaba judíos al Muro de las Lamentaciones causando 8 heridos.

El Consejo de la Shura de Raam ha condenado la gestión de la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas en estos días en los que coinciden el Ramadán y la Pascua judía (Pesaj).

La Autoridad Nacional Palestina y las facciones palestinas denunciaron «la agresión contra la sagrada Mezquita Al Aqsa y el intento de la ocupación israelí de romper el Statu Quo». Los portavoces israelíes lo niegan, reiteran que garantizan la libertad de culto de musulmanes y señalan que los enfrentamientos empezaron cuando «centenares de radicales aprovecharon la santidad del Monte del Templo para atacar con piedras y otros objetos a policías y civiles fuera del recinto y evitar la visita de judíos en Pesaj».