El ex jesuita Edgar Parrales: «Yo acuso a Daniel Ortega»

El ex jesuita Edgar Parrales: «Yo acuso a Daniel Ortega»

Nicaragua Daniel Ortega toma por la fuerza la sede de la OEA en Managua

El régimen sandinista ha aprovechado la guerra que ha emprendido contra la Organización de Estados Americanos (OEA) para condenar al exdiplomático Edgar Parrales por menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas. Este antiguo jesuita, quien fuera embajador en Washington ante la OEA durante el gobierno sandinista del siglo pasado, fue detenido en 2021 durante la campaña del gobierno de Daniel Ortega contra aspirantes presidenciales, dirigentes políticos, activistas y periodistas para convertirse así en el preso político de mayor edad, con 79 años.

De hecho se trataba de uno de los pocos analistas políticos independientes que permanecían en el interior de Nicaragua y no habían optado por el exilio. Entre los medios a los que comentaba la actualidad de su país se encontraba EL MUNDO.

«Yo soy inocente, me avala una historia de vida y de compromiso con la defensa de Nicaragua, específicamente ante la OEA. El responsable de la tragedia que hoy vive Nicaragua se llama Daniel Ortega. Yo acuso a Daniel Ortega», expresó el intelectual frente al tribunal que lo juzgó en la tenebrosa cárcel de El Nuevo Chipote, a donde fue trasladado a las 6 de la mañana desde su domicilio. Allí cumplía detención con custodia policial tras permanecer entre rejas tres meses.

La dictadura sandinista no dudó en representar su pantomima judicial con todos elementos. Agentes del Estado trasladaron a Parrales a un calabozo, le pusieron uniforme de preso y lo llevaron a la sala de juicio maniatado con bridas de plástico. «Su intervención fue una cátedra de Derecho, diplomacia, dignidad y coraje, en la actuó como testigo de causa propia y demostró su inocencia», desveló el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).

Más de 180 prisioneros políticos permanecen en las cárceles de Ortega desde que hace cuatro años se produjera una rebelión social contra su gobierno.

La condena contra Parrales llega sólo horas después de que la copresidenta Rosario Murillo, mujer de Ortega, comunicara al país la expropiación ilegal de la sede de la OEA en Managua. La idea del régimen es que se convierta en el «Museo de la Infamia».

«Nada puede justificar un desconocimiento de las inmunidades y privilegios que gozan las instalaciones, los bienes y los archivos de una organización internacional. Abre un precedente que puede llevar a mayores atropellos contra cualquier sede diplomática», denunció durante el Consejo Permanente de la OEA su secretario general, Luis Almagro.

Fuerzas policiales sandinistas tomaron por la fuerza la sede de la OEA el pasado domingo tras anunciar que sus diplomáticos se retiraban de la organización, pese a que según los estatutos faltan 18 meses para que Nicaragua sea dada de baja en el organismo. La medida de fuerza de Ortega vino precedida de la censura de la OEA contra el fraude electoral de noviembre, gracias al cual la pareja presidencial pretenden mantenerse al frente del país por al menos cinco años más.

«La dictadura ha sufrido una fuerte derrota moral y política. En la OEA se alzaron diversas naciones a una sola voz señalando que no se puede defender lo indefendible. El asalto a la sede ha sido repudiado categóricamente», explicó el también diplomático Arturo McFields, representante de Ortega ante la OEA hasta marzo, cuando se atrevió a condenar públicamente al caudillo sandinista.