Condenado a cadena perpetua Alexanda Kotey, uno de los «Beatles» del Estado Islámico en Siria

Secuestrado por el IS Javier Espinosa, #prisionero43

Un miembro de los llamados «Beatles» del Estado Islámicoque decapitó a rehenes extranjeros, fue condenado este viernes a cadena perpetua. El juez Ellis en Alexandria, Virginia, leyó la sentencia de Alexanda Kotey, nacido en Londres, que se declaró culpable de asesinar a los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff y a los trabajadores humanitarios Kayla Mueller y Peter Kassig. Los rehenes retenidos por Kotey y sus compañeros militantes los apodaron «The Beatles» por su acento británico.

La audiencia incluyó horas de emotivos testimonios de los familiares de las víctimas. Los cargos conllevan cadena perpetua obligatoria, pero Ellis hizo una recomendación sobre las instalaciones penitenciarias de Kotey, que deben tenerlo separado de otros reclusos en confinamiento casi solitario. En una presentación judicial, los abogados de Kotey instaron a Ellis a tener en cuenta la aceptación de la culpabilidad de Kotey y su acuerdo de proporcionar información a los investigadores estadounidenses.

Las autoridades advirtieron a los funcionarios británicos que los fiscales no buscaban la pena de muerte contra Kotey. Kotey era ciudadano del Reino Unido, pero el gobierno británico le retiró la ciudadanía. Su célula del Estado Islámico tomó como rehenes a periodistas y trabajadores humanitarios, los torturó y distribuyó cintas de video de horripilantes decapitaciones en Internet. Kotey admitió haber torturado a los rehenes con ahogamientos y descargas eléctricas. Otro miembro de los «Beatles», El Shafee Elsheikh , fue juzgado el mes pasado. Después de cuatro horas de deliberaciones, un jurado federal en Virginia encontró a Elsheikh culpable de cargos que incluyen toma letal de rehenes y conspiración para cometer asesinato. Ellis sentenciará también a Elsheikh en septiembre.

Un tercer miembro del grupo de los «Beatles», Mohammed Emwazi, murió en un ataque con misiles en Siria en 2015.