Bruselas enciende al sector citrícola al no aumentar los controles sanitarios a las naranjas sudafricanas

Bruselas enciende al sector citrícola al no aumentar los controles sanitarios a las naranjas sudafricanas

La importación de cítricos de terceros países a la Unión Europea no es solo una seria competencia en precio para la naranja de producción española, sino también una amenazada a la sanidad vegetal de primer orden. Plagas como el ‘cotonet’, la pulvinaria o la falsa polilla ponen en riesgo todo el sistema producción mediterráneo, según denuncian las organizaciones agrarias, pero la Unión Europea sigue retrasando medidas de control. La obligación de aplicar un tratamiento en frío durante el transporte de estos cítricos de países como Sudáfrica o Zimbabue hasta puertos europeos ha vuelto a paralizarse, algo que ha provocado la rebelión del sector citrícola español.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y el Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos (SCoPAFF) aprobaron en febrero este tratamiento, que consiste en someter a la naranja a temperaturas de entre 0 y -1 grados durante 16 días para eliminar cualquier tipo de plaga. Sin embargo, el pasado viernes, la Comisión de Salud Vegetal retiró del orden del día la aprobación de este reglamento, con especial repercusión en la Comunidad Valenciana, para trabajar una nueva propuesta.

Alemania y Países Bajos han fomentado reparos a este acuerdo por dos razones: mantener naranja en el mercado europeo todo el año con precios contenidos y proteger los intereses de grandes empresas importadoras que canalizan su tráfico a través del puerto de Rotterdam. De hecho, el gobierno sudafricano presionó por carta a la Comisión Europea amenazando con paralizar sus exportaciones si la medida entraba en vigor este mes de mayo, a pocas semanas de arranque su campaña.

Según fuentes consultadas por ELMUNDO, el tratamiento en frío es una propuesta blindada por la Organización Mundial de Comercio, pero sería necesario que se aplicara de forma «inmediata y efectiva». Eso es lo que ha exigido el ministro de Agricultura, Luis Planas, tanto ayer en el Consejo de Ministros de la UE , donde recabó apoyos, como el pasado lunes ante la comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides. En ambos foros ha encontrado «un eco favorable».

El Comité SCoPAFF volverá a reunirse hoy y tendrá sobre la mesa el reglamento, que necesita una mayoría cualificada que podría no darse aún, pero que debería llegar antes del inicio de la campaña de importación, en menos de un mes.

Luis Planas, junto al ministro de Agricultura francés, Marc Fesneau, ayer en Bruselas.O. HOSLETEFE

La postura del ministerio no ha es suficientemente «contundente» para los citricultores, que ven cómo se estiran de nuevo los plazos. «Ha sido un jarro de agua fría la UE haya cedido a la presiones para no aplicar a Sudáfrica el mismo tratamiento homo que les pide China, y lo cumplen, o que a nosotros hacemos para exportar a terceros países», explica Ramón Espinosa, presidente de Intercitrus.

«Es una cuestión de precio, del incremento de costes que les supone, pero si quieren trabajar en Europa, que los asuman. No puede salir perdiendo la agricultura mediterránea», añade el representante agrario, que pide más fuerza al Ministerio y agradece el apoyo brindado por la Generalitat Valenciana.